¿Qué es lo que te Define realmente?

En realidad la Hoja de Vida no define el desempeño laboral, tampoco lo hace una Entrevista de Trabajo, ni las pruebas de aptitud o psicotécnicas que se desarrollen en un momento determinado, una llamada telefónica de un reclutador tampoco define, los errores del pasado, una renuncia o un despido injustificado, el rechazo a una postulación laboral no define al candidato, el nivel social, económico o educativo, tampoco definen a las personas. Los talentos no pueden definirse por un mínimo contacto que se tenga con alguien, pues estas capacidades se desarrollan a lo largo de la vida e incluso se van modificando y perfeccionando de manera continua. 


Esto es lo maravilloso de ser parte de tan hermosa Creación, pues el ser humano tiene la capacidad de crecer y desarrollarse en el transcurso de su existencia para transformarse en alguien cada vez mejor, con conocimientos y experiencias más sólidos de acuerdo a la evolución que tiene cada persona. Sin embargo, lo que sí nos define son: las características propias, las cualidades valiosas que permiten vivir en comunidad, los dones y habilidades que representan esa huella dactilar que nos diferencia del resto.

 

Si estos conceptos están claros en cada estructura de pensamientos, permitirá apreciar lo que realmente es importante en cada ser humano, evitando así las competencias, medirse con los demás o caer en un juego de exageraciones creyendo que el otro es más o mejor persona por haber logrado algo en particular; más bien cada uno se enfocaría en sí mismo, en lograr aquello que haya considerado un obstáculo propio que no le haya permitido avanzar. Al fin y al cabo, el mayor enemigo del hombre/mujer son los conceptos limitantes que se generan como resultado de darle cabida a pensamientos que nos condicionan negativamente, los cuales impiden avanzar y poder ver un escenario completo y favorable.




Recuerdo cuando estuve realizando las quimioterapias por un cáncer de mama, acontecimiento que me llevó a perder todo el cabello y vello corporal, tuve que reaprender una manera distinta de definirme, pues ya no podía enfocarme en un cabello negro y largo o en una cara bonita, sino concentrarme en darle valor a otras área de mi cuerpo e incluso de mi psiquis, las cuales nunca hubiera considerado si no me hubiese visto en esa situación pero al final del día, aprendí que lo único que podía definirme no era la apariencia externa que mostraba sino todos los conocimientos y experiencias en el transcurso de mi vida, las cuales me habían convertido en la mujer que en ese momento era, reconociendo que la pérdida de cabello significaba algo temporal y si hubiese sido definitivo, con seguridad hubiera escalado un nivel superior de aceptación y amor propio para así continuar hacia adelante.


En conclusión, jamás debemos permitir que un trabajo defina lo que somos, que la apreciación de otras personas delimite y condicione nuestra manera de vernos internamente, que lo que otros hagan o dejen de hacer determinen lo que hay en nuestro interior que está esperando ser regado y abonado adecuadamente para florecer en la primavera, así como un árbol que es bien cuidado. 

¡Tú eres como ese árbol que da fruto!...


Sania Arroyo

Autora








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