A veces sucede que cuando trabajamos en forma presencial se pierde la empatía por las personas, las necesidades y situaciones de cada uno quedan a un lado porque hay un objetivo que cumplir.
En me medio de esa circunstancia, los reclutadores de personal podemos llegar incluso a atropellar a otros, directa o indirectamente, activa o pasivamente, decalificarlos por no poseer las características del perfil que estamos buscando, de la vacante que necesitamos cubrir.
Considero que siempre debemos mirar un poco más allá, identificarnos con lo que el otro quiere, desea, necesita y es capaz de dar, sin necesidad de mezclarnos.
El CV es sólo un papel o un archivo digital que no puede expresar la totalidad de lo que lleva consigo la persona, es sólo una referencia que suministra algunos datos que nosotros posteriormente debemos abrir como un tesoro para indagar, sin perder la sensibilidad humana y reconociendo que el otro tiene un bagaje de información, conocimientos y experiencias que adecuándose al cargo, podría ayudar al desarrollo de la organización.
Sania Arroyo
Autora
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