Demostración de aprecio hacia los trabajadores

Normalmente en los ambientes laborales, se hace difícil la demostración de cariño hacia las demás personas de forma sincera y sin pedir nada a cambio. 

El conflicto en los lugares de trabajo se minimizan de acuerdo
al nivel de madurez de las partes involucradas.


El hecho de que siempre esté latente la necesidad de competir profesionalmente entre los compañeros de trabajo, dificulta tener una relación sólida y verdadera con quienes se encuentren en el entorno.

 

Sin embargo, estando a favor del rescate de los valores que caracterizan al ser humano, considero que siempre será más confiable una persona que es capaz de mantener relaciones saludables, independientemente del contexto en el que se desenvuelva.


Los ambientes de trabajo donde se generan mayores conflictos, normalmente suceden por las cualidades que posee el Liderazgo. Si estamos hablando de jefes que consienten los ‘chismes de pasillos’ y que escuchan a aquellos trabajadores que utilizan estas estrategias para lograr sus objetivos de ascenso, entonces el resultado será un grupo de trabajo sumergido en la más alta toxicidad, pero si por el contrario los jefes son personas maduras, centradas en sus objetivos y con sana autoestima podrán darse cuenta de manera casi inmediata cuando algo no esté funcionando correctamente, aplicando a tiempo las debidas respuestas ante tales acciones.


Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) el conflicto es inevitable, agregando que lo más recomendable es que sea debidamente gestionado, pues los intereses que pueden tener las partes involucradas, no tendrían que traducirse siempre en enfrentamientos.

 

Ahora bien, los equipos de trabajos más exitosos son aquellos capaces de resolver sus propios problemas con madurez y alto sentido de justicia, entendiendo que cada persona tiene una educación y un nivel de consciencia diferente, el cual es totalmente necesario respetar.

 

Los equipos exitosos son los que trabajan para un objetivo en común.

De esta manera, los jefes pueden demostrar aprecio a sus trabajadores sin necesidad de cruzar los límites y los trabajadores también pueden demostrar afecto a sus superiores, sin necesidad de caer en la zalamería o adulación, basta con marcar una posición de respeto de ambas partes, maximizando lo que puede estar bien y corrigiendo los errores en el momento oportuno, con la intención clara de mejorar y no de buscar culpabilizar a los eslabones que pudieran ser los más débiles.

 

En efecto, cualquier día del año es bueno para reconocer las virtudes de los demás, las pequeñas pero grandes acciones son las que marcan la diferencia, generando un ambiente confortable, que propicie incluso ‘querer levantarse los lunes para ir a trabajar’. La realidad es que, cada día debemos vivirlo al máximo, pues hoy estamos con un equipo de personas pero lo más seguro es que pasado un tiempo, cada uno tome un rumbo o camino diferente, quedando en las mentes de todos, los recuerdos de situaciones vividas en forma traumática o por el contrario, de manera agradable y positiva para aquellos que estaban involucrados en ese equipo. 


En resumidas cuentas, en todas las relaciones saludables se debe establecer como parámetros 'yo gano y tu ganas'. Ambas partes ganamos pero si fuese lo contrario, 'tu ganas pero yo pierdo', estaría atentando contra mi salud mental y bienestar general o si es una relación 'tu pierdes pero yo gano', sería yo quien estaría atentando contra tu vida. Entonces, lo mejor es buscar que en nuestras relaciones todos ganemos de manera proporcional y equilibrada, considerando a los demás tan importantes como lo somos nosotros.

 

En este sentido, si fuere el caso que un trabajo quedó bien hecho y fue entregado antes de la fecha prevista, reconocer el esfuerzo realizado es un detalle importante para la persona que realizó dicha labor pero si la actitud es de indiferencia, de hacer sentir al otro como alguien que simplemente está cumpliendo con su asignación, -aunque esto último no dejaría de ser verdad- pero sin darle el valor afectivo correspondiente, podría generar un sentido de frustración tanto en esa persona como en los demás por no haber considerado que entregó un trabajo bien hecho y antes de la fecha prevista, trayendo consecuencias negativas en el equipo.


En un equipo de trabajo sano, todos pueden ganar.

 

Todas las personas necesitan saber cuál es el impacto que genera su trabajo diario, si estamos hablando de un impacto positivo, tener la sensibilidad necesaria para transmitirle que está haciendo una labor beneficiosa para el equipo; si el impacto es negativo, también hay maneras de que la persona conozca lo que está haciendo de forma incorrecta y tenga la oportunidad de cambiar para tener mejores resultados pero todo dependerá de la madurez del liderazgo y la gestión adecuada de los conflictos que se puedan presentar.

 

Sania Arroyo

Autora

 


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