¿Sabías que la procrastinación puede ser beneficiosa en algunos momentos de nuestras vidas?

 

La procrastinación es aplazar o retardar una actividad, teniendo el tiempo y los recursos para desarrollarla en forma inmediata. 

¿Cuántas personas, como consecuencia del estrés, hemos caído en la procrastinación, dejando para mañana lo que podemos hacer hoy?

En muchas ocasiones, incluso al transcurrir el día siguiente y habiendo podido hacer mucho, optamos por evitar cumplir los ítems que anotamos tan cuidadosamente en nuestra agenda.

Observar el lado positivo de la procrastinación consciente podría ayudarnos a replantear nuestros objetivos.

Sin embargo, el hacer consciente que estamos atravesando una etapa de procrastinación, nos permite aprovechar esos momentos para replantearnos todo lo que necesitamos hacer, con el objetivo de mejorar y ser más productivos.


Creo que todas las personas hemos pasado esos momentos donde nuestra mente se queda en blanco, sin saber qué decir o escribir, bien sea porque no tenemos clara la idea o porque estamos atravesando un proceso de cansancio físico o mental y nos encontramos en esa etapa intermedia de recuperación, no teniendo la voluntad para hacer lo que sabemos debemos terminar.



En ese caso, lo mejor es aprovechar del descanso y disfrutar “de no hacer o decir nada”, hasta que mentalmente estemos mejor para actuar en forma correcta.

Procrastinar podría estimular la imaginación, encontrando actividades que sustituyan lo que efectivamente deberíamos hacer.


Entre los beneficios de la procrastinación están los siguientes:


✅ Estimular la creatividad

Permite que en poco tiempo generemos respuestas y soluciones. Es una manera de improvisar, sin ser improvisados; es decir, de resolver rápidamente situaciones en las cuales debemos dar respuestas inmediatas, pero con el conocimiento y la experiencia necesaria para sustentar y solventar esa situación.

  

✅ Enfocarnos en las prioridades

Al tener varias actividades pendientes, cuando hemos pasado tiempos de procrastinación, debemos determinar a qué tenemos que dar respuestas de manera más rápida, lo cual nos obliga a establecer las prioridades necesarias para saber cuál debe atenderse en primer, segundo y tercer lugar. En otras palabras, los procrastinadores se activan cuando ven que les queda poco tiempo desarrollar una labor y deben terminarla cuanto antes.


✅ Disfrutar de momentos agradables

En esas etapas, es preferible deleitarse en la relajación, tomar aire, dar un paseo, jugar con la mascota, leer una porción de ese libro que nos llama la atención, cultivar la espiritualidad, conversar con nuestros seres queridos o hacer algo que realmente nos guste para retomar las fuerzas necesarias para continuar.

Aprender a disfrutar de los tiempos de procrastinación, ayuda a hacer un alto a nuestras actividades cotidianas.

✅ Brindar sensación de bienestar

La procrastinación hace que nos sintamos plenos y satisfechos siempre y cuando terminemos las tareas pendientes, aunque hayamos tenido que utilizar menor tiempo para desarrollarlas. Nos ayuda a saber que sí podemos manejar en forma adecuada el estrés y salir airosos de las situaciones.


✅ Ayudar en las relaciones

El hecho de procrastinar hace que tomemos un descanso con respecto a nuestras relaciones, haciendo que al momento de retomarlas, estemos más frescos y podamos continuar adelante de manera saludable con la familia, compañeros de trabajo o estudio y hasta con el jefe.


Visualizar la procrastinación de manera productiva ayuda a que hagamos las tareas que realmente queremos hacer y, en consecuencia, disfrutarlas mientras las hacemos. Ante esto, nos preguntamos ¿todos somos procrastinadores?. Quizás la respuesta sea no, pero pienso que todos, en algún momento de nuestras vidas, hemos procrastinado alguna actividad importante que pudimos haber hecho en lo inmediato, pero preferimos dejarlo para otro momento.


Confieso que, en muchas oportunidades, he preferido pasar tiempo con mi perra en el patio que sentarme a leer o a escribir algo importante que deba entregar, pero la verdad es que esos momentos catalogados como de ocio, son los que me han ayudado a relajarme, gestionar adecuadamente el estrés, enfocarme en lo que verdaderamente me gusta, retomar fuerzas para luego continuar con aquello que puede ser más importante. Eso sí, más tarde que temprano, procurar culminar con el compromiso adquirido. Definitivamente, la procrastinación ocurre en todos los niveles y no es directamente proporcional al éxito de la persona.


La procrastinación no siempre es sinónimo de flojera, muchas personas inteligentes y altamente productivas han procrastinado precisamente porque quieren esperar sentirse bien para hacer uso de todas sus facultades y de esta forma, poder presentar un excelente trabajo.


Cuando la procrastinación representa un problema, el hecho de no poder cumplir con las responsabilidades, puede traer consecuencias negativas en las personas y su entorno. Es por ello, que se sugiere reconocer que no siempre haremos las cosas con el estado de ánimo adecuado, pero aceptar nuestras emociones y la forma cómo nos sentimos, permitirá colaborar con el equilibrio de nuestro estado emocional y, en consecuencia, procurar no darle más larga a ese asunto que, aunque nos guste o no, necesitamos culminar satisfactoriamente.

Sania Arroyo
Autora

 


Publicar un comentario

0 Comentarios