La procrastinación es aplazar o retardar una actividad, teniendo el tiempo y los recursos para desarrollarla en forma inmediata.
En
muchas ocasiones, incluso al transcurrir el día siguiente y habiendo podido
hacer mucho, optamos por evitar cumplir los ítems que anotamos tan
cuidadosamente en nuestra agenda.
Observar el lado positivo de la procrastinación consciente podría ayudarnos a replantear nuestros objetivos. |
Sin
embargo, el hacer consciente que estamos atravesando una etapa de
procrastinación, nos permite aprovechar esos momentos para replantearnos todo
lo que necesitamos hacer, con el objetivo de mejorar y ser más productivos.
Creo
que todas las personas hemos pasado esos momentos donde nuestra mente se queda
en blanco, sin saber qué decir o escribir, bien sea porque no tenemos clara la
idea o porque estamos atravesando un proceso de cansancio físico o mental y nos
encontramos en esa etapa intermedia de recuperación, no teniendo la voluntad
para hacer lo que sabemos debemos terminar.
En
ese caso, lo mejor es aprovechar del descanso y disfrutar “de no hacer o decir
nada”, hasta que mentalmente estemos mejor para actuar en forma correcta.
Procrastinar podría estimular la imaginación, encontrando actividades que sustituyan lo que efectivamente deberíamos hacer. |
Entre
los beneficios de la procrastinación están los siguientes:
Permite
que en poco tiempo generemos respuestas y soluciones. Es una manera de
improvisar, sin ser improvisados; es decir, de resolver rápidamente situaciones
en las cuales debemos dar respuestas inmediatas, pero con el conocimiento y la
experiencia necesaria para sustentar y solventar esa situación.
✅ Enfocarnos en las prioridades
Al
tener varias actividades pendientes, cuando hemos pasado tiempos de
procrastinación, debemos determinar a qué tenemos que dar respuestas de manera
más rápida, lo cual nos obliga a establecer las prioridades necesarias para saber
cuál debe atenderse en primer, segundo y tercer lugar. En otras palabras, los
procrastinadores se activan cuando ven que les queda poco tiempo desarrollar
una labor y deben terminarla cuanto antes.
En
esas etapas, es preferible deleitarse en la relajación, tomar aire, dar un
paseo, jugar con la mascota, leer una porción de ese libro que nos llama la
atención, cultivar la espiritualidad, conversar con nuestros seres queridos o
hacer algo que realmente nos guste para retomar las fuerzas necesarias para
continuar.
Aprender a disfrutar de los tiempos de procrastinación, ayuda a hacer un alto a nuestras actividades cotidianas. |
✅ Brindar sensación de bienestar
La procrastinación hace que nos sintamos plenos y satisfechos siempre y cuando terminemos las tareas pendientes, aunque hayamos tenido que utilizar menor tiempo para desarrollarlas. Nos ayuda a saber que sí podemos manejar en forma adecuada el estrés y salir airosos de las situaciones.
✅ Ayudar en las relaciones
El
hecho de procrastinar hace que tomemos un descanso con respecto a nuestras
relaciones, haciendo que al momento de retomarlas, estemos más frescos y
podamos continuar adelante de manera saludable con la familia, compañeros de
trabajo o estudio y hasta con el jefe.
Visualizar
la procrastinación de manera productiva ayuda a que hagamos las tareas que
realmente queremos hacer y, en consecuencia, disfrutarlas mientras las hacemos.
Ante esto, nos preguntamos ¿todos somos procrastinadores?. Quizás la respuesta
sea no, pero pienso que todos, en algún momento de nuestras vidas, hemos
procrastinado alguna actividad importante que pudimos haber hecho en lo
inmediato, pero preferimos dejarlo para otro momento.
Confieso
que, en muchas oportunidades, he preferido pasar tiempo con mi perra en el
patio que sentarme a leer o a escribir algo importante que deba entregar, pero
la verdad es que esos momentos catalogados como de ocio, son los que me han
ayudado a relajarme, gestionar adecuadamente el estrés, enfocarme en lo que
verdaderamente me gusta, retomar fuerzas para luego continuar con aquello que
puede ser más importante. Eso sí, más tarde que temprano, procurar culminar con
el compromiso adquirido. Definitivamente, la procrastinación ocurre en todos
los niveles y no es directamente proporcional al éxito de la persona.
La
procrastinación no siempre es sinónimo de flojera, muchas personas inteligentes
y altamente productivas han procrastinado precisamente porque quieren esperar sentirse
bien para hacer uso de todas sus facultades y de esta forma, poder presentar un
excelente trabajo.
Cuando
la procrastinación representa un problema, el hecho de no poder cumplir con las
responsabilidades, puede traer consecuencias negativas en las personas y su
entorno. Es por ello, que se sugiere reconocer que no siempre haremos las cosas
con el estado de ánimo adecuado, pero aceptar nuestras emociones y la forma
cómo nos sentimos, permitirá colaborar con el equilibrio de nuestro estado
emocional y, en consecuencia, procurar no darle más larga a ese asunto que,
aunque nos guste o no, necesitamos culminar satisfactoriamente.
Autora
0 Comentarios
Los comentarios deben tener un contenido de educación, valoración y respeto por el otro. Tratar a los demás como nos gustaría ser tratados.